Formación en gestión cultural en la
enseñanza en Bibliotecología: la experiencia en la Universidad de la República
Training in cultural management in teaching library science: the experience at the University of the Republic
Treinamento em gestão cultural no ensino de Biblioteconomia: a experiência na Universidade da República
Paulina Szafran Maiche
Facultad de Información y
Comunicación. Universidad de la República
Uruguay
Submetido em: 22/04/2021
Aceito em: 30/11/2021
Publicado em: 31/12/2021
Licença:
Autor para correspondência:
Paulina Szafran Maiche
Email: pszafranmaiche@gmail.com
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-5356-0189
Como citar este artigo:
MAICHE, Paulina Szafran. Formación en gestión cultural en
la enseñanza en Bibliotecología: la experiencia en la Universidad de la
República. REBECIN, v. 8, p. 1-19, 2021. DOI: 10.24208/rebecin.v8i.254
RESUMEN
El artículo relata la experiencia de
la incorporación de la temática Gestión cultural en la malla curricular de la
Licenciatura en Bibliotecología en la Universidad de la República, Uruguay. A
través de este recorrido, y de los distintos abordajes que conlleva la gestión
cultural, se fundamenta la perspectiva que se le otorga a dicha formación en el
contexto de la disciplina y el ejercicio profesional. Asimismo, se muestra el
aporte que realiza la Bibliotecología a la Gestión cultural, específicamente en
cuanto al rol de mediadores culturales que compete a los bibliotecólogos y su
contribución a la ciudadanía cultural. En las consideraciones finales se da
cuenta de otros desarrollos curriculares promovidos a partir de la experiencia
a la vez que se delinean perspectivas futuras. Se entiende que estas
contribuyen a la visibilidad de la carrera y de las bibliotecas como servicios culturales así como a la promoción de las funciones
universitarias, especialmente la investigación, en un área que lo
requiere para su crecimiento disciplinar.
PALABRAS CLAVE: Formación en Bibliotecología; Gestión Cultural; Perfil
profesional del bibliotecólogo
ABSTRACT
The article
relates the experience of incorporating the topic “cultural management” in the curriculum of the
Bachelor of Librarianship at the University of the
Republic, Uruguay. Through this path and the
different approaches that “cultural management” entails, the article
arguments on the fundamentals of the perspective
given to such training in the context of discipline and professional practice. Likewise, the contribution
made by librarianship
to cultural management is shown, specifically
regarding the role of cultural mediators of librarians and their contribution to cultural citizenship. In the final considerations, other curricular developments promoted from the
experience are noted, while future perspectives
are outlined. It is understood that
these contribute to the visibility
of the professional
career and of libraries as cultural services as
well as to the promotion of
university functions, especially research, in an area that
requires it for their disciplinary
growth.
Keywords: Teaching
of Library Science;
Cultural Management; Professional profile of the
librarían.
RESUMO
O artigo relata a experiência de incorporar o tema "gestão
cultural" no currículo do Bacharelado em Biblioteconomia da Universidade
da República, Uruguai. Através
deste caminho e das
diferentes abordagens que a "gestão
cultural" implica, o artigo argumenta sobre os fundamentos da perspectiva
dada a tal formação no contexto da disciplina e da prática profissional.
Da mesma forma, a contribuição da biblioteconomia
à gestão cultural é
mostrada, especificamente no que diz
respeito ao papel dos
mediadores culturais dos bibliotecários
e sua contribuição à cidadania cultural. Nas considerações finais, outros desenvolvimentos
curriculares promovidos a partir da experiência são notados, enquanto as
perspectivas futuras são delineadas. Entende-se que estes contribuem para a visibilidade da carreira profissional e das bibliotecas como serviços
culturais, assim como para
a promoção de funções universitárias, especialmente de pesquisa, em uma área que o requer para seu crescimento disciplinar.
Palavras-chave: Ensino
de Biblioteconomia; Gestão
Cultural; Perfil profissional do bibliotecário
1 INTRODUCCIÓN
El presente
artículo comparte una experiencia implementada en la malla curricular de la
Licenciatura en Bibliotecología de la Universidad de la República (Udelar) de
Uruguay.
A partir del año
2011 en esta oferta formativa se propone un curso optativo en gestión cultural.
La propuesta no solo se ha sostenido, en función de la respuesta a las
convocatorias anuales, sino que ha abierto una línea de trabajo que permite
estrechar los vínculos disciplinares entre la Bibliotecología y la Gestión
cultural.
Las páginas que
siguen se orientan a mostrar el proceso llevado adelante con referencia a la
función de enseñanza. Se parte de la consideración de que la Gestión cultural
constituye una importante área que enriquece la formación profesional
pero sin desconocer que su abordaje, desde la Bibliotecología, requiere una
concepción determinada, que parta del rol social del bibliotecólogo y que
trascienda la visión de la Gestión cultural como herramienta orientada a la
venta de bienes y servicios culturales, en un momento en que se apunta al valor
económico de la cultura. Asimismo, se entiende que se trata de un área que
requiere un continuo anclaje al espacio y tiempo en que se aborda, tomando en
cuenta la implicancia del carácter político que envuelve y las particularidades
que otorga cada territorio para su estudio.
2 FORMACIÓN EN
BIBLIOTECOLOGÍA EN URUGUAY
La
formación de Licenciados en Bibliotecología en Uruguay presenta algunas
particularidades, acordes a las características del país, que la tornan un ejemplo,
con sus ventajas y desventajas, distinto a sus países limítrofes.
Corresponde
señalar que se trata de una formación universitaria ofrecida en un único
servicio, la Udelar, de carácter público, la más antigua y prestigiosa del
país.
La larga tradición
de formación en bibliotecología se inicia en el año 1943 en el ámbito de la
Asociación de Ingenieros del Uruguay pasando en el año 1945 al ámbito
universitario. En el año 1983, en la ex Escuela Universitaria de
Bibliotecología y Ciencias Afines (EUBCA), comienza a dictarse la carrera de
Archivología.
El momento actual
es fruto de un largo y rico proceso que atraviesa distintas etapas
institucionales y de evolución de la enseñanza de la profesión, reflejada en
los cambios de planes de estudio que acompañan el avance disciplinar y la
realidad del país. Es así que desde una formación
técnica, en un curso de un año, avanzamos al plan de estudios 2012, que
mantiene el título de Licenciado en Bibliotecología que regulaba el plan 1987,
pero adecuado a la filosofía promovida por la Udelar respecto a la
reformulación de los planes de estudio sustentados en una mayor flexibilidad y
articulación de las distintas carreras universitarias. A su vez se trata de un
plan de estudios común con la Licenciatura en Archivología que deja de ser una
tecnicatura, carácter que tenía desde sus inicios, para adquirir la categoría
de licenciatura.
Cabe recordar que
el funcionamiento de la Udelar se canaliza a través del cogobierno por lo que,
la aprobación, implementación y evaluación de los planes de estudio, al igual
que el resto de las actividades vinculadas a las funciones universitarias, es
una tarea que compete al colectivo de docentes, estudiantes y egresados.
Actualmente es la
Facultad de Información y Comunicación (FIC) el servicio universitario a cargo
de la formación de Licenciados en Bibliotecología, una facultad nueva (creada
en el año 2013) que nuclea las áreas de la Comunicación y la Información,
producto del proceso llevado adelante por la convergencia de sus servicios
base, la ex Licenciatura en Ciencias de la Comunicación (LICCOM) y la ex
Escuela Universitaria de Bibliotecología y Ciencias Afines (EUBCA).
El contexto
reseñado nos permite ubicar el tema que proponemos compartir, la necesaria
inserción de la gestión cultural como apropiada herramienta enriquecedora de la
formación profesional.
3 GESTIÓN CULTURAL
La Gestión
cultural es abordada desde distintas perspectivas por lo que no es posible
hablar de una “gestión cultural única, universal y válida”. Sin adentrarnos en
la discusión acerca del concepto de cultura que se considere y sus distintas
implicancias de acuerdo a su evolución histórica,
identificamos visiones en las que se pone el acento en determinados enfoques,
los cuales no deben considerarse excluyentes, mucho menos desde la mirada de la
Bibliotecología.
Como expresa Vich
[...] la cultura se ha vuelto cosas muy distintas a ella
misma: una mercancía (un recurso económico), un dispositivo de sentidos comunes
(un recurso simbólico) y un lugar que permite visibilizar mejor los
antagonismos sociales (un dispositivo político) (VICH, 2014, p.20)
Por un lado identificamos un enfoque administrativo, entendiendo a
la gestión cultural como la mera administración de recursos. Se encuentra
vinculado al enfoque gerencial como instrumento para la producción de bienes y
servicios culturales. Otra línea se centra en el rol del Estado, reflejado en
las políticas públicas en materia de cultura y especialmente en sus formas de
financiamiento, instaurando nuevas modalidades de acercamiento de actores a
través, especialmente, del modelo de concursabilidad. Entendemos también que es
posible distinguir un enfoque participativo, reconociendo la participación
social atendiendo a las diversidades que confluyen en un mismo territorio.
Sin dudas, estas
perspectivas permiten comprender que nos posicionamos frente a un escenario en
el que entran en juego la Cultura, Economía y Política, tres ejes complejos que
requieren una perspectiva crítica a la hora de asumir su estudio y ejercicio
profesional.
Es así que desde las múltiples concepciones vigentes se entiende
necesario realizar un ejercicio analítico con vistas a adoptar una mirada abarcativa, adoptando posiciones amplias de su campo de
acción.
Disciplina orientada a identificar, preservar, recuperar,
valorizar, promover, diseñar, proyectar, administrar y desarrollar eventos,
actores o elementos artísticos o culturales, para lo cual construye su propio
marco teórico referencial y su trayectoria empírica a través de la
investigación y de la acción (PADULA, 2015, p.17).
Esta
conceptualización se complementa con la incorporación de un componente
específico del área de actuación, lo simbólico, anclado a un espacio concreto.
[...] la gestión cultural no pasa sólo por la administración
de recursos financieros y humanos, sino fundamentalmente por lo simbólico em
tanto trabaja sobre las significaciones proyectadas por uma
comunidad hacia los objetos, personas y lugares (AGUERRE; GIAIMO 2007, p.24).
Conceptos y
trasfondos de importancia en la vida cotidiana que nos hacen pensar que no es
posible abordar la gestión cultural de una única forma, y mucho menos neutra,
varía de acuerdo a las distintas realidades
geográficas en la que se ejerza, a la vez que en función de las áreas de
abordaje en el que se sitúa. Eso nos llevó a preguntarnos, ¿cómo hacerlo desde
la Bibliotecología? Y ¿cómo hacerlo en un curso de grado para estudiantes de la
Licenciatura en Bibliotecología en el Uruguay de principios del siglo XXI?
4 LA GESTIÓN CULTURAL EN LA CURRÍCULA DE LA LICENCIATURA EN
BIBLIOTECOLOGÍA
Estas preguntas
estuvieron presentes en la preparación del curso de la primera edición de la
asignatura optativa Gestión cultural en unidades de información, propuesta en
el año 2011 dentro de la oferta de cursos optativos de la Licenciatura en
Bibliotecología de la Udelar en el Plan de Estudios 1987.
Bajo este
contexto, se ofreció un programa con algunos ejes temáticos, planteándose la
apertura del mismo, abierto a los deseos y necesidades
de los estudiantes. A su vez, en cada uno de los módulos se procuró insertar la
perspectiva de la realidad nacional. No solo en el entendido de que así debe
promoverse el desarrollo de las funciones universitarias, sino porque el
contexto del país lo ameritaba, con la instrumentación de nuevas y variadas
políticas públicas en materia de cultura e información a partir de la llegada a
la presidencia del país del primer gobierno del partido de izquierda Frente
Amplio. Ante este escenario se alentó el conocimiento y difusión de los nuevos programas así como insertar la necesidad de su evaluación.
Para el año 2021
y producto del proceso reseñado, el programa del curso propone el tratamiento
de 6 unidades organizadas de acuerdo al siguiente
esquema:
Tabla 1 – Contenidos del curso
Unidad 1 – Cultura y Gestión cultural: contexto local, regional y
global. Cultura, Gestión Cultural, Bibliotecología y Archivología. Unidad 2 – Políticas culturales: características,
derecho a la cultura. Las bibliotecas y archivos en el contexto de las
políticas culturales. Unidad 3 – El gestor cultural: rol
del gestor como agente cultural, el bibliotecólogo y archivólogo como
gestor cultural. Unidad 4 – Gestión de organizaciones culturales: gestión de recursos culturales
en organizaciones culturales. Unidad 5 – Gestión de proyectos socio-culturales: herramientas metodológicas para
el diseño, ejecución y evaluación de proyectos. Unidad 6 – Fuentes de financiamiento cultural: modelos de financiamiento,
recursos para la cultura. |
Fuente: Programa 2021 de la unidad
curricular Gestión Cultural en Unidades de Información. Facultad de Información
y Comunicación. Universidad de la República
Como fue
expresado, el temario es abierto a intereses específicos de los estudiantes. A
su vez se inserta el testimonio de diversas experiencias a través de la
participación en el aula de distintos invitados que permitan la vinculación
entre lo abordado en el aula con las prácticas reales. Se busca en general la
asistencia de personas relacionadas a distintos ámbitos y no centrarse
únicamente en colegas bibliotecólogos.
Cada uno de los
ejes conceptuales se contextualiza en el área disciplinar del estudiante y en
la realidad del país, preocupaciones constantes para que no se desdibuje el
anclaje que requiere el tema. Esta visión se refleja en la forma de aprobación
del curso en tanto el requisito curricular es la presentación de un trabajo
final consistente en un perfil de proyecto cultural que refleje los conceptos
tratados y se oriente a una iniciativa vinculada al ámbito disciplinar del
estudiante. La evaluación incluye una devolución en la que se consignan
sugerencias destinadas a la promoción de su presentación en distintas
instancias concursables.
La incorporación
de esta oferta a la formación de grado nos permite adentrarnos en algunos
aspectos que nos interesa destacar del perfil profesional, resaltando lo
apropiado de contar con herramientas de la Gestión cultural
pero sin dejar de reconocer que conlleva componentes que, bajo otros nombres,
son reconocibles históricamente en la formación y ejercicio profesional del bibliotecólogo.
Este escenario lleva a una postura de sinceramiento desde el primer día del curso,
especificando a los estudiantes que muchos puntos no les resultarán novedosos
ya que los vienen aprendiendo desde otras materias como ejes del quehacer
bibliotecológico, encontrándose en su esencia. Esto se acompaña con la
aclaración de que estamos en un escenario en el que a
la finalización del curso, ante algunos ejes, tendrán más preguntas que
respuestas, pero que permitirán revisar nuestras prácticas y se aspira a
otorgar herramientas para la acción concreta en el territorio. En definitiva,
dudas sobre lo que somos como profesionales bibliotecólogos en el mundo actual
y la convicción de que su cuestionamiento reafirma nuestro rol.
Bajo esta mirada
hay dos ejes que especialmente interesa profundizar y trascender a la Gestión
cultural en sí, buscando la conjunción con la Bibliotecología y la labor en las
bibliotecas. Por un lado, el rol de mediadores de cultura como complemento a
nuestra esencia, la mediación de información. Por otro, y en forma
complementaria, resaltar el carácter político de nuestra labor en tanto
actividad simbólica impregnada de ideología. Este punto se aborda a partir de
una concepción amplia de las políticas culturales, trascendiendo a las
políticas públicas, en tanto, confluyen en ellas toda clase de actores, no solo
el Estado, también todo tipo de instituciones y grupos comunitarios organizados
(GARCÍA CANCLINI, 2005; OLMOS 2008) con los que la biblioteca interactúa.
El acento
respecto a la mediación cultural permite enriquecer y cuestionar nuestro rol
social, en un entramado complejo en el que lo local/global y el impacto de las
TIC atraviesan el trabajo respecto a los recursos culturales. Del mismo modo,
abre la puerta para la inclusión de una categoría que se incorpora, el espacio público,
especialmente en algunos campos de ejercicio y tipos de servicios apuntando a
su diversidad. Valen las siguientes palabras,
[...] a mediação cultural aparece
como categoria que se referenda
na esfera pública, nos sistemas axiológicos que fundam “a natureza do tecido social” Dada a irressimissilidade
dos conflitos, não se trata
tão somente de fazer a transmissão ou permitir o acesso aos signos. É preciso criar vínculos simbólicos entre os
diferentes, espaços de transição,
pontos convivência ‘que tornam
possível o “viver juntos”,
em especial em época de mudanças que alteram relações de tempo e espaço, via tecnologias
virtuais cada vez mais onipresentes na experiência cotidiana, em escala global (PERROTTI,
PIERUCCINI 2014, p.11).
La mediación
cultural, insistimos, lejos de la neutralidad, tiene estrecha vinculación con
nuestra responsabilidad respecto a las políticas culturales.
Actúa en la zona de contacto entre políticas culturales
hegemónicas y proyectos alternativos, entre creación artística y grupos
receptores, entre el sector intelectual o académico y el lector que es
introducido al producto cultural a través de la interpretación o la selección
que la publicación le presenta (MORAÑA, 2003, p. 68).
En esta dirección
se apuesta a la concepción de que, más allá de las políticas macro de las
instituciones en las que se ejerce la profesión, el bibliotecólogo no se
entrega a ellas desde una posición de sometimiento, al contrario, puede y debe
cuestionarlas. A su vez ser consciente del poder que tiene para generar nuevas
propuestas en conjunto con la comunidad, en las que la Gestión cultural puede
aportar herramientas de actuación.
A inserção dos profissionais
de informação nos processos
culturais, atentando para sua
posição no processo de produção de uma determinada hegemonia parecenos, nesse sentido, um dos focos a ser
privilegiados numa formação
que se quer crítica (ALMEIDA, 2008, p.21).
Si estos debates
ya se encontraban presentes en nuestra acción cotidiana, se han acrecentado
enormemente al atravesar una pandemia mundial y la declaración de emergencia
sanitaria.
5 UNA APUESTA A LA CIUDADANÍA CULTURAL
La descripción realizada,
indicando una postura determinada con referencia a la mirada otorgada a la
formación en Gestión cultural desde la Bibliotecología, habilita concebir a los
servicios de información, especialmente con referencia a los destinados al gran
público como espacios promotores de la ciudadanía cultural.
Las
herramientas que aporta la Gestión cultural permiten un accionar en ciertos
aspectos que apuntan a la ciudadanía cultural. Participación, Inclusión, Brecha
cultural, Creación, Difusión, Formación, Derechos, Convivencia, Cultura Local,
Democratización, Identidad, dejan de ser simples referencias para constituirse
en ejes en los que la biblioteca puede y debe inmiscuirse. “Gestionar la
cultura a fin de posicionarla como un recurso crítico para construir mayor
ciudadanía” (VICH, 2014, p.20) es sin lugar a dudas
una postura y la biblioteca como espacio público abierto, apostando a la
participación de su comunidad, constituye un servicio en esa dirección. Esto
implica participar de las políticas culturales e informativas, garantizando el
acceso igualitario a los recursos informativos culturales, favoreciendo la
democratización de los mismos ya que
La asimetría entre emisores y receptores en el intercambio
simbólico se convierte en un problema político, de lucha por ocupar espacios de
emisión/recepción, por constituirse en interlocutor visible y en voz audible
(HOPENHAYN, 2005, p.5).
Pero especialmente
y sobre todo hoy en día, las bibliotecas tienen un deber de apuesta a la
creación y producción por parte de los usuarios, a ser actores protagonistas y
no meros espectadores de la vida cultural.
Se trata, entonces, de una política cultural definida por la
idea de ciudadanía cultural, en la que la cultura no se reduce a lo superfluo,
al entretenimiento, a los patrones del mercado, a la oficialidad doctrinaria (que es ideología), sino
que se realiza como derecho de todos los ciudadanos (CHAUI, 2008, p.6).
Los lineamientos
de las políticas culturales actuales se orientan a la promoción de la
participación ciudadana. El eje información-cultura constituye un componente
esencial para esa participación, la biblioteca se conforma como un espacio que,
no solamente debe promover y garantizar el acceso igualitario a los bienes y
servicios culturales sino que debe brindar las
herramientas, no solo tecnológicas, para que la creación cultural sea posible.
A la vez que ofrecer un local que contribuye a la reunión, al encuentro e
intercambio de la comunidad a la que va dirigida, favorecedora de diálogos y
procesos socio-culturales.
Sobre
estas líneas que se orientan a visibilizar y dar voz a la población es que se
configura la apuesta formativa, reivindicando que el bibliotecólogo, en su
carácter de mediador, tiene sus mejores oportunidades de confirmar su histórico
rol social.
En
consonancia con los objetivos del curso, esta temática se relaciona con la
realidad en materia de políticas culturales del país. El inicio del curso
coincide temporalmente con la promoción de nuevos programas culturales gubernamentales en la
órbita de la Dirección Nacional de Cultura del Ministerio de Educación y
Cultura. Dentro de ellos se enfatizan algunos más relacionados, como el área
institucional Ciudadanía Cultural, con una apuesta a la gestión territorial de
la cultura a partir de diversos programas que se buscó tuvieran vinculación a
los contenidos del curso, tanto para considerarlos desde una perspectiva crítica como para
darlos a conocer y promover las necesarias inserciones de las bibliotecas, no
siempre consideradas al momento de la planificación de las nuevas instituciones
y programas, muchas veces por la propia responsabilidad profesional de no
visibilizar su labor. Un ejemplo de lo descripto es el análisis a la apuesta de
la política cultural por la conformación de nuevas infraestructuras culturales
en todo el país para ofrecer servicios que hoy día podrían brindarse desde las
bibliotecas públicas lo que refleja el desconocimiento de sus potencialidades.
6 CONSIDERACIONES FINALES
La incorporación
de un área de Gestión cultural a la formación de los bibliotecólogos debe tomar
en cuenta la perspectiva y perfil profesional. Se parte de la base de que no es
lo mismo pensar una oferta formativa en Gestión cultural para estudiantes de bibliotecología
que para otras carreras. Ambas miradas deben complementarse generando un marco
que permita un trayecto formativo en el que se reconozca un espacio de
actuación profesional. A su vez, se trata de un área que permite abrir nuevos
campos de ejercicio que den visibilidad a nuestro quehacer profesional, así
como demostrar el aporte que la biblioteca puede significar para quienes
trabajan en el sector cultural.
La experiencia
desarrollada ha permitido un proceso de consolidación de la temática en la
formación de Licenciados en Bibliotecología y ha habilitado el inicio de otros.
Por un lado, tanto por el tema como por la filosofía de los
nuevos planes de estudio de la Udelar, el curso se encuentra abierto a
estudiantes de otras carreras universitarias, especialmente de las
Licenciaturas en Archivología y Comunicación.
Aunque se aclara que los contenidos del programa se formulan desde la mirada
bibliotecológica, el compartir conocimientos y experiencias desde otras áreas
ha enriquecido la propuesta. Del mismo modo, ha abierto trayectos formativos
para los estudiantes, abordando puntos del curso en otras instancias
curriculares, especialmente en los trabajos finales de grado.
Cabe señalar
también la apertura de una experiencia a nivel de posgrado, ofreciendo la
unidad curricular “Intermediación y mediación cultural: el aporte de los
profesionales de la información” en la Maestría en Información y Comunicación
que ofrece la FIC.
No menor
constituye la posibilidad de insertar el rol de las bibliotecas y sus
profesionales en la oferta cada vez más diversificada en Gestión cultural.
Desde la Udelar se han llevado adelante dos ediciones de la Especialización en
Gestión Cultural (y se encuentra en preparación la Maestría en Gestión
Cultural), en donde se brindó el curso optativo “Los servicios de información
como organizaciones culturales”. Se fundamenta en la necesidad de presentar y
caracterizar a las bibliotecas y otros servicios de información en tanto
organizaciones que cumplen un rol mediador entre los usuarios y las fuentes de
información. Estas unidades hoy en día se enfrentan a los múltiples desafíos
que imprimen las TIC, los vínculos entre información, cultura y política, las
industrias culturales y los modelos de gestión. Comprender su potencial, en el marco
de las políticas culturales y de información nacionales, constituye una
herramienta necesaria para quienes trabajan en el área de la Gestión cultural.
Dando a conocer los diferentes tipos de bibliotecas y por lo
tanto objetivos, servicios y público objetivo, especialmente con referencia a
las bibliotecas para el ciudadano (Públicas, Populares) pensadas como servicios
de información y cultura de carácter local.
Por último, desde
la posición universitaria, interesa retomar la aproximación conceptual a la
Gestión cultural, aportada por Padula, atendiendo al
necesario compromiso con la investigación. En este escenario, “[...] la unión
entre formación e investigación se hace indispensable, así como la vinculación
de ambas con la acción” (YAÑEZ CANAL; RUCKER; VALENZUELA, 2018, p.10).
A partir de
nuestro rol docente universitario tenemos la obligación de su promoción, como
ejercicio saludable de las funciones universitarias y como aporte a un área que
lo requiere.
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